Los que me hacen sonreír.

miércoles, 8 de junio de 2011

Capitulo 5: Demasiados sentimientos guardados en lo más hondo del corazón.

Dos corazones perseguidos por miles de sentimientos que chocan contra ellas. Ojos que brillan pensando en él hasta el ultimo segundo del día, preguntas que no pueden responder, corazones rotos por el sunami de emociones. Las dos amigas, una mirando hacia la ventana y otra tumbada en la cama piensan.
Sara es la que esta tumbada en la cama. Escucha una canción que le recuerda a él. "Perdida" de la Oreja de Van Gogh. Así mismo esta ella, perdida. Sin un rumbo fijo. Perdida en sus ojos, en su pelo, en todo lo que nunca vivirá con aquel chico. Llora. Patalea. Maldice a quien invento el amor. Intenta olvidarse de él para siempre, arrancarse los sentimientos, para siempre de los siempres. Pero no puede. Vuelve a llorar y a patalear, como una niña pequeña que tiene hambre, que no consigue lo que quiere. Y es que el amor no correspondido, duele incluso más cuando la vida pasa y él no sabe que existes.
Su amiga Cristina piensa lo mismo. Mierda de vida, mierda de amor, mierda de todo. ¿Quien invento el amor, era ciego no? Decirme que si, porque entonces eso lo explicaría todo.
Cristina mira por la ventana. Las estrellas brillan como nunca, como sus ojos. Piensa en aquel chico de esa misma tarde, aquel que ha gritado su nombre, que la ha dejado sin las tantas respuestas que tenía. En verdad, no sabe ni porque lo hace. No sabe porque se atormenta con tantas preguntas, no sabe nada. Solo cree saber mucho, y en verdad, no sabe nada. Un lio de palabras, un lio de amores. Deja de mirar por la ventana y se mete en la cama. Intenta que su madre no la veo derramar alguna que otra lagrima, es más, apreta su cara contra la almohada, para ver si por alguna casualidad deja de pensar en él.
Las dos amigas, con el corazón en un puño, intentan dormir. Cada una pensando en algo que sucederá, en algo que de verdad va a doler más y más. 
-Ojala y no vaya a más-. repiten en su cabeza
Y así pasa, que tanto ojala , se convierte en un siempre, y que son demasiados sueños para un corazón tan machacado. Que parece un juego, pero siempre acabamos perdiendo las más débiles. Que nada de esto tuvo que ocurrir, pero así es la vida. No podemos elegir el guion que nos toca seguir, cuando pasa, pasa y ya esta. 


Los rayos de sol le dan en plena cara. Sábado. Por fin. Sin exámenes, sin amores insostenibles, sin nada que hacer. Salir, divertirte y poco mas.
Cristina hace la cama. Marta desayuna viendo la tele. Laura todavía duerme. Ana barre la cocina mientras que canta. Sara juega con sus hermanos.
La cabeza le da vueltas. No ha dormido muy bien que digamos. No se a sacado de la cabeza a ese chico, Rafael.- piensa Cristina mientras se mira al espejo.
Un sms la saca de sus pensamientos. Es de Ana, le dice que han quedado:
-Hemos quedado a las 18:00 en la plaza. Si sales pásate a por mi señorita Rafaela! jaja me vas a matar, pero da igual :P
Ahora mismo sonríe como una verdadera gilipollas. Mirando a la pantalla, viendo la estupidez que su amiga le acaba de decir. Eso mismo, una estupidez, como una autentica casa.
-Una estupidez...-se repite a si misma una y otra vez.
Estupidez. Estupidez. Estupidez...Amor. No, eso no. Estupidez queda mejor. Pero alomejor, si se mira de otra forma...Amor! No, por favor. Amor no. Todo menos eso. Amor no! No, no y no! No quiero enamorarme, no quiero ver como se aleja de mi sin hacer nada...Y se tira a la cama.
No puede más, necesita salir, desparecer, necesita muchas cosas, demasiadas de las que tiene. Lo necesita todo, hasta puede que lo necesite a él...